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Trump pide a su fiscal general que publique una pequeña parte de los documentos del ‘caso Epstein’ para aplacar la rebelión MAGA

El presidente de Estados Unidos amenaza con querellarse contra ‘The Wall Street Journal’ por difundir una carta de felicitación del republicano al millonario pederasta que aquel asegura que es falsa

Donald Trump, Melania Knauss, Jeffrey Epstein, Ghislaine Maxwell
Iker Seisdedos

El jueves, otro día de furia en el frente de la crisis abierta para Donald Trump a cuenta del caso Epstein, terminó para el presidente de Estados Unidos con una amenaza de demanda al diario The Wall Street Journal y a su propietario, Rupert Murdoch, por la publicación de una carta de felicitación del republicano al millonario pederasta por su 50 cumpleaños. El mandatario, que el viernes redobló sus amenazas al magnate australiano de la comunicación, asegura que esa misiva es falsa.

A los pocos minutos, Trump también pidió en su red social, Truth, a su fiscal general, Pam Bondi, que haga públicos ciertos documentos procesales. El presidente confía en que eso aquietará las aguas del escándalo desatado por la decisión del Departamento de Justicia de dar por zanjado el caso Epstein, después de que la Administración de Trump prometiera durante meses una información que ahora dicen que no es relevante y que ha alimentando teorías de la conspiración sobre la vida y la muerte del financiero pederasta durante años.

Parece poco probable que los documentos cuya liberación ha autorizado Trump vayan a ser suficientes para contentar las demandas del movimiento MAGA (Make America Great Again), que anda indignado por el cambio de idea de la Administración.

Lo que Trump le ha pedido a Bondi es que, “en vista de la ridícula cantidad de publicidad dada a Jeffrey Epstein”, pida al juez autorización para divulgar todo el material “producido por el gran jurado que sea pertinente”, según escribió el presidente en Truth. La fiscal general respondió a esa petición en X diciendo: “Presidente Trump. Estamos listos para solicitar al tribunal que libere esas transcripciones mañana [por este viernes]”.

Cuando era candidato, Trump hizo campaña con la idea de que publicaría todo el material en poder de las autoridades sobre Epstein. Después, Bondi prometió durante meses al movimiento MAGA que proyectaría luz sobre las sombras del caso. Hace un par de domingos, su Departamento de Justicia publicó un documento, firmado también por el FBI, que tiraba por tierra todas las teorías de la conspiración en torno al millonario pederasta, al concluir que no existe la supuesta lista de ricos y famosos que participaran de su red de tráfico de menores y que este se suicidó (es decir, que nadie lo mató) en la celda de Manhattan en la que en 2019 estaba esperando juicio.

Los documentos que Bondi y Trump quieren hacer públicos pertenecen a los primeros pasos de la instrucción del caso. El ordenamiento estadounidense contempla el recurso en ciertos supuestos a la ayuda de un gran jurado. Integrado por un número variable de ciudadanos, el fiscal les expone sus argumentos y las pruebas con las que confía en lograr una condena para que estos decidan si merece la pena continuar con el proceso o no. Esos trabajos son confidenciales, y en este asunto, la privacidad de las víctimas es una prioridad.

Trump, el martes pasado, en los jardines de la Casa Blanca.

Los escépticos de Epstein esperan mucho más que eso: los registros de vuelo de su jet privado, materiales comprometedores del sumario −como vídeos, fotografías y grabaciones de audio− o la libreta negra con una supuesta lista de clientes que vendría a demostrar la existencia de una élite global dedicada al tráfico de menores y de la que, seis años después, sigue sin pruebas fehacientes sobre su existencia.

Una sorpresa de Ghislaine Maxwell

La gota que colmó la paciencia de Trump, que lleva días tratando por las buenas y por las malas de convencer a los suyos de que olviden el asunto, llegó con la publicación de una carta de 2003, que Trump dice que es falsa, en el diario conservador The Wall Street Journal. Se trata de una felicitación a Epstein por su 50 cumpleaños. El Journal es propiedad de Murdoch, una de las personas que más ha hecho, a veces a su pesar y siempre con su televisión, Fox News, por mantener en el poder al republicano. Este viernes, Trump dijo en Truth que está deseando que Murdoch testifique en el juicio contra él y “contra el montón de mierda de su periódico”. “¡Será una experiencia interesante!“, añadió.

Como era una fecha redonda, Ghislaine Maxwell quiso prepararle una sorpresa y pidió a los amigos del homenajeado que le escribieran textos cariñosos. Maxwell era socia y confidente de Epstein, y ambos mantuvieron en los noventa una “relación íntima”, según el sumario del caso que acabó con Maxwell condenada a 20 años de prisión que está cumpliendo en la actualidad por hacer de conseguidora de las menores de las que el empresario abusaba. Trump, que entonces era un magnate inmobiliario en Nueva York, fue uno de los amigos que participó en el regalo sorpresa, siempre según el Journal.

La carta, dice el artículo del diario neoyorquino, “contiene varias líneas de texto mecanografiado enmarcadas por la silueta de una mujer desnuda, que parece dibujada a mano con un rotulador grueso”. “Un par de pequeños arcos marcan los pechos de la mujer, y la firma del futuro presidente es un garabato de ‘Donald’ debajo de su cintura, imitando el vello púbico femenino. El texto concluye: ‘Feliz cumpleaños, y que cada día sea otro maravilloso secreto”.

Un año después de ese cumpleaños, los dos amigos rompieron su relación tras enfrentarse por una propiedad en Palm Beach que ambos deseaban. En 2019, año de la muerte de Epstein, Trump dijo que llevaban sin hablarse 15 años. En 2005, el empresario fue acusado por una menor de haberle pagado a cambio de sexo. En 2008, se declaró culpable y evitó una pena severa de cárcel. Una década después, una investigación del Miami Herald concluyó que unas 80 menores fueron abusadas entre 2001 y 2006 por Epstein, y el caso resucitó. Son los trabajos de ese segundo gran jurado los que ahora podrían ver la luz.

Ya en la propia información del Journal aparece Trump diciendo que la carta es falsa, y que él no hace “dibujos de mujeres”. Ese argumento lo repitieron, tras conocerse la publicación del Journal, el presidente y su portavoz, Karoline Leavitt. Antes del nuevo mensaje del viernes, Trump difundió por la noche un Truth en el que contaba que había “advertido directamente” al diario neoyorquino y, “personalmente, a Rupert Murdoch” de que la carta es “FALSA y de que, si la publicaban, serían demandados”.

En su mensaje, extrañamente escrito en tercera persona pese a provenir de su cuenta personal, Trump, o quien sea que redactara el texto, recuerda que “ya ha vencido a George Stephanopoulos/ABC, 60 Minutes/CBS y a otros" y que “espera exigir responsabilidades al otrora gran Wall Street Journal”. Se estaba refiriendo a la claudicación de las cadenas televisivas ABC y CBS en los últimos meses ante sendas demandas de Trump. Ambas han aceptado pagarle cantidades millonarias para aplacarlo.

El mensaje termina incidiendo en una estrategia que el presidente estrenó el miércoles: tratar de enterrar una teoría de la conspiración con otra, a base de culpar a los demócratas del “bulo de Epstein”. Más concretamente, a “[James] Comey, [exdirector del FBI], [John] Brennan [CIA], la corrupta Hillary [Clinton, candidata que perdió contra él en 2016] y otros lunáticos de la izquierda radical”, porque, de ser verdadera la carta, la habrían publicado “hace años”.

“Si hubiera una ‘pistola humeante, ¿por qué los demócratas, que controlaron los archivos durante cuatro años, y tenían a [el fiscal general Merrick] Garland y a Comey al cargo? ¡¡¡PORQUE NO TENÍAN NADA!!!“, escribió en Truth el viernes. El presidente de Estados Unidos parece haber olvidado que él mismo despidió a Comey en 2017, dos años antes de la muerte de Epstein.

El argumento de que si sus rivales hubieran dispuesto de información para perjudicarlo, no habrían desaprovechado es la última estrategia de defensa y de ataque. “Ciertamente, [la lista] no habría permanecido archivada esperando a que ‘TRUMP’ [sic] ganara tres elecciones”, había dicho en Truth el día anterior. A falta de determinar si la misiva es verdadera, como defiende el Journal, o falsa, como sostiene el presidente de Estados Unidos, hay una certeza: el post termina con una mentira. Trump no ganó tres veces en las urnas. Pese a lo que lleva defendiendo desde hace años, Joe Biden le ganó legítimamente en 2020.

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Sobre la firma

Iker Seisdedos
Es corresponsal jefe de EL PAÍS en EE UU. Licenciado en Derecho Económico por la Universidad de Deusto y máster de Periodismo UAM / EL PAÍS, trabaja en el diario desde 2004, casi siempre vinculado al área cultural. Tras su paso por las secciones El Viajero, Tentaciones y El País Semanal, ha sido redactor jefe de Domingo, Ideas, Cultura y Babelia.
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